Rafael de los Santos Jiménez es un hombre no vidente, pero capaz de ver y sentir a flor de piel las injusticias que se cometen en su contra. El director de la Lotería Nacional le prometió en febrero del 2009 que le entregaría unos 235 mil pesos para que levante una casita en un solar que adquirió con mucho esfuerzo, pero hasta la fecha esa promesa solo se ha quedado en eso...
Rafael, acompañado de su hijo Ricky de ocho años, visitó por segunda vez El Gobierno de la Tarde para recordarle al titular de la Lotería, Enrique Martínez, que de los 253 mil pesos que le prometió públicamente el ex administrador, José Francisco Peña Guaba, para que hiciera una vivienda, sólo le entregó unos 35 mil pesos, cantidad que le bastó al no vidente para únicamente iniciar la zapata.
“El 24 de febrero del año pasado, la Lotería se comprometió en darme RD$235 mil para que hiciera mi casita. Mandaron inspectores, fotografiaron el solar y después que aprobaron todo y me hicieron cotizar en la ferretería, me entregaron RD$35 mil y no los he vuelto a ver”, narró de los Santos Jiménez.
Envió una comunicación el pasado 5 de mayo a la dirigencia de la Lotería, para recordarle que aún no ha cumplido lo prometido, pero después de 21 días no ha recibido respuesta. “Vine a la Z101 porque aquí fue donde me prometieron la ayuda”.
El solar de este hombre está ubicado en el sector Mata los Indios, en Villa Mella, Santo Domingo Norte, y cuenta con una extensión de unos 212 metros cuadrados. La construcción de la vivienda lleva más de un año parada por falta de los recursos que le prometieron y no le han cumplido.
Se recuerda que el 24 de febrero del 2009 la cúpula de la Lotería Nacional envió un vehículo a la Z101 para que transportara a Rafael hasta la institución y allí se firmaría la certificación del dinero que aún no se le ha entregado.
De los Santos es padre de cinco hijos y no labora desde que sufrió un accidente automovilístico en 1993 que lo dejó casi minusválido. Su esposa vende huevos salcochados y caña en las calles, pero afirma que “eso no da para agarrarse”.
“Pagamos RD$4,800 de alquiler porque en la iglesia nos ayudan, además de que comemos gracias a la bondad de los vecinos. En el Patronato Nacional de Ciegos me dan una funda de comida cada tres o cuatro meses, pero tampoco es suficiente”, especificó el no vidente, quien mantiene las esperanzas de que la ayuda llegue... pronto.
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